Desde su primer mandato, el presidente polaco ha estado en conflicto con Bruselas
Ana Beatriz Bartolo, La Voz de Galicia
24 de julho de 2020
La reelección del presidente polaco Andrzej Duda el 13 de julio fortalece sus políticas conservadoras dentro de la Unión Europea. Desde su primer mandato, Duda ha estado en conflicto con Bruselas por querer «mantener la soberanía nacional, pero disfrutar de la estabilidad del bloque» y defender «una visión más del viejo mercado común que de la moderna UE», dice el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Santiago de Compostela Miguel Bastos.
Chris Kostov, docente de Relaciones Internacionales de la Universidad Schiller, explica que Duda quiere mantener el control sobre temas claves, pero beneficiarse de la economía europea y protegerse contra los avances políticos rusos.
«Esta es una visión muy conservadora de la unidad europea y choca con el punto de vista liberal francoalemán de una UE basada en estructuras supranacionales y que exigen políticas comunes, cuotas de inmigración y obediencia de los Gobiernos», dice Kostov.
El Grupo de Visegrado (Eslovaquia, Hungría, Polonia y República Checa) comparte esa idea y, según los dos expertos, la reelección de Duda contribuirá a fortalecerlos en la disputa por el poder con el eje de París-Berlín en la UE.
División nacional
Para Bastos, la estrecha victoria de Duda, con el 51,2 % de los votos, significa que no hay una unanimidad polaca sobre el europeísmo y la visión de sociedad. «Es una división entre los sectores más tradicionales y los urbanos más modernizados», dice, mientras Kostov defiende que «el país no está realmente dividido sobre el antieuropeísmo, sino más bien en qué tipo de Europa los votantes quieren vivir».
Para Kostov, «los liberales de Polonia quieren una UE que tenga fuertes instituciones paneuropeas supranacionales a las que se les permita intervenir en los asuntos internos, como la democracia, tan pronto se vean amenazados». Y los conservadores quieren «las tradiciones polacas protegidas, incluso con leyes que a la UE no le gusten, como reformas judiciales, la restricción de la migración no cristiana y leyes antiaborto y contra el matrimonio homosexual», dice el experto.
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